Comida y emociones
En primer lugar, no hay una relación perfecta con la comida, el solo hecho de intentar esto ya es una fuente de ansiedad por un pensamiento absolutista, es deseable no intentar llegar a la perfección pues esto te llevará a una posición extrema que seguramente no será sana, al menos para tu mente.
La comida juega un papel importante en nuestras vidas, la podemos utilizar para aumentar nuestra salud, para cuidarnos, para gratificarnos y disfrutar de ella, pero también la podemos utilizar para perjudicar nuestra salud o autocastigarnos (bien sea por exceso o por defecto).
La comida va unida a muchas emociones internas y esta relación es la que hace que muchas veces nos cueste tanto controlar nuestras ingestas. Si no tenemos en cuenta esta relación es muy probable que los intentos de seguir una dieta fracasen.
Generalmente, por debajo de un comportamiento insano de alimentación hay problemas emocionales que no queremos ver o que simplemente no sabemos como afrontar, utilizamos la comida como un método para afrontar nuestra ansiedad o nuestros miedos.
El problema es que esto funciona a muy corto plazo, pero a medio y largo plazo lo que hace es generar un mayor malestar, una mayor rumiación con pensamientos negativos hacia nosostros y hacia nuestras conductas, en consecuencia disminuye nuestra autoestima y nos vemos más débiles y con menos fuerza para mejorar.
Todo esto genera un círculo del que es difícil salir.
Dietas
Hay dietas muy sanas que son buenas para la salud. Te recomiendo siempre hacer dietas que sean buenas para tu cuerpo y si es posible guiadas por un nutricionista o experto en alimentación.
Se trata de aprender a desarrollar hábitos cotidianos saludables de alimentación sin que ello suponga una esclavitud permanente o vivir constantemente sometido a una dieta desequilibrada.
No hagas dietas de castigo, dietas que solo se enfoquen en adelgazar sin cuidar la salud, dietas dudosas porque no te mereces un castigo sino un premio y por eso cuidas tu cuerpo.
Un programa para desarrollar hábitos de vida saludable, además de incluir información relativa a las necesidades nutricionales diarias, las propiedades de los alimentos, o las calorías que contienen, debe incluir también un apartado dedicado a los aspectos psicológicos implicados en la conducta de comer, como por ejemplo, las emociones y e desarrollo y mantenimiento de hábitos de alimentación.
Emociones y pensamientos
La percepción, la atención, el pensamiento, los procesos de valoración cognitiva, etc., todos son factores íntimamente asociados con la emoción, están también relacionados con el éxito o el fracaso a la hora de iniciar y mantener hábitos para una vida saludable.
Si tienes un problema importante con la comida es bueno que acudas a un psicólogo que va a ayudarte a ver qué hay por debajo, qué es lo que te provoca ansiedad, o miedo o indefensión. Qué está impidiendo que te cuides y no perjudiques tu salud.
Podrás eliminar hábitos insanos que ya tienes adquiridos y automatizados y son difíciles de erradicar.
Esto te ayudará a que sigas cualquier dieta desde una perspectiva diferente y que tu relación con la comida sea más sana.
Utiliza la comida como fuente de salud y bienestar. Tu cuerpo es una máquina increible, cuídalo con amor y respeto.
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