LOS DESEOS NECESITAN VIDA
¡Hola Amig@s!
Hoy propongo que hagamos una pequeña inmersión en la naturaleza de los deseos.
La mejor descripción que he conocido hasta ahora, pertenece a uno de mis autores favoritos: Deepack Chopra.
El dice algo muy hermoso de los deseos: «Todos los deseos conducen a Dios»
Me encanta. Está despenalizando desear. Parece que en los últimos tiempos necesitábamos sentir que nuestra atención debía centrarse en el Aquí y el Ahora.
Y esto está bien. Estábamos demasiado dispersos; enfocados en otras historias que nos sacaban de conectar con nuestro Ser y con nuestras emociones.
Todo cabe. Todo está bien. Todo cuenta. Todo es Verdad.
Sin embargo, unos autores tenemos unas tendencias y unas simpatías por unos temas y otros, otras. Cada Verdad es valiosa.
Mi momento presente está lleno de Deseos. Pero hay que conocer su naturaleza para que puedan manifestarse. Desear es estar Vivo.
Yo, me dedico a estudiar a fondo la Transformación interna a través del Deseo, de la Intención profunda y sostenida.
Para que un Deseo se manifieste, hemos de vivificarlo.
Para vivificarlo o infundirle vida, lo primero que hemos de hacer es: VACIAR la MENTE de todos aquellos deseos que no se cumplieron.
Esto es bastante novedoso. Apenas ha llegado a nosotros la manera de «despedir» todo aquello que aún mantenemos «SIN VIDA» en lo que llamo nuestro «prisma».
El prisma es el lugar (no físico) de la Mente en el que se encuentran todas las posibilidades infinitas para manifestar aquello que tenemos clara intención de manifestar.
El problema es que mantenemos muchas resistencias, de las cuales no somos conscientes. Por ello los deseos se acaban marchitando.
Por último, propongo un ejercicio en relajación:
«Imagina que estás en un bosque y llegas a un refugio antiguo, que hace unos veinte años no visitaste. Dentro de él se encuentran en un sótano, todos los deseos que no llegaste nunca a manifestar ni a experimentar.
Baja y míralos. Uno por uno. Si son muchos, puedes centrarte en uno o dos.
Mira cómo se fueron apagando. Sin culpa. Mira cómo se fueron quedando sin vida.
Esos ya no pueden vivificarse. Hay que desprenderse de ellos. No significa que no podamos darles vida a otros parecidos; pero no a esos, serán otros. Hay que soltarlos.
Cógelos. Imagina que son flores o plantas marchitas. Sácalos del refugio y llévatelos a un precioso riachuelo que está cerca del lugar donde te encuentras.
Tíralos y devuélvelos a la Vida, de donde vinieron. Déjalos partir y descubre que te encuentras mejor luego, más ligero.
Lo último en este post: intenta (si eres capaz y lo has entrenado), que esos mismos deseos que se marchitaron en tu refugio, despierten para otras personas o seres, y que les hagan felices.
Comencemos por entrenar estos pequeños, pero a su vez, grandes pasos.
¡Hasta pronto Amig@s!¡Besos a todos y desead experimentar la felicidad, a eso vinimos!
Prometo seguir abriéndome a entender la naturaleza y el potencial de la Mente, ¡Es maravillosa!
¡¡JUNTOS CONSTRUIMOS UN NUEVO MUNDO!!
Mayte Pascual.
0 comentarios